Confeccione
un tablero en cualquier papel, con tres cuadrados y en cada cuadrado escriba un
número del 1 al 3 con un lápiz que se destaque. Corte un cuadrado aparte
(guárdelo separado del tablero para el juego 3.)
JUEGOS
1- ¿sabes qué número es? Mientras los menciona pase el dedo por cada número como si lo escribiera. Diga: Ahora te toca a ti: 1, pasa tu dedo por el 1. 2, pasa tu dedo por el 2. 3, pasa tu dedo por el 3
2-
Ahora vamos a jugar a la ranita. Usando dos dedos (la ranita) saltar por los
cuadros del tablero de uno en uno. Indique dónde tiene que saltar la ranita. Al
3! Ahora al 1! Al 2 y repita variando.
3-
Tapar un número, que el niño lo descubra y nombre . Este número se va a
dormir (poniendo un papel que lo tape (sin que el niño lo vea) Luego pregunte:
¿qué número está tapadito durmiendo? de tiempo para que responda. Destápelo y
felicite a su hijo/a, si se equivoca vuelvan a practicar. En la segunda parte
de este juego, los niños tapan el número y preguntan, usted responde.
4-
Tienes que completar el tablero con la cantidad de elementos que indica cada
número .Busquemos en casa elementos como: conchitas, lápices, migas de pan,
gomas de borrar, pinches, llaves, pulseras, autitos. legos (lo que tengas en
casa) y completa el tablero con la cantidad de elementos que indica cada
número.
DEVOCIONAL SALMO 139
“Sabes
que me senté y me levanté; conoces mis pensamientos aún cuando me
encuentro lejos” Salmo 139:2
“Sabes que me senté y me levanté” Los opuestos
"me senté y me levanté" muestran todas nuestras acciones, del día a
la noche, de la A a la Z. Dios conoce lo que hacemos y lo que pensamos.
Dios sabe
cómo son las personas. Él sabe que tenemos esos sentimientos. Él sabe a qué te
encanta jugar, qué haces desde que te levantas hasta que te acuestas. No
necesitamos fingir que somos perfectos porque Dios sabe cómo somos realmente.
Él nos ama por completo, incluidas todas las cosas no tan perfectas dentro de
nosotros. Si Dios realmente nos conoce a todos nosotros, ¿cómo puede amarnos?
Este es un gran misterio. ¡Su amor es incondicional! No tenemos que esperar
hasta que seamos mejores o mayores, más delgados o más inteligentes para hablar
con Dios. Dios nos conoce hoy y nos ama. ¿No es genial?
ACTIVIDAD:
1-Comenten
en familia:
¿cómo
te sientes sabiendo que Dios conoce tus pensamientos?
¿necesitamos
hacer cosas especiales para estar con Dios?
¿por
qué crees que Dios quiere estar en toda tu vida?
2-
Pinta las escenas del dibujo y pídele a un adulto que lea lo que está escrito.
Puedes recortar las imágenes para pegarlas o plegarlas formando un libro.
Pincha
el link para ver el dibujo.
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